A partir de entonces, decidieron
darle muerte
Señor, todo esto que tú
nos enseñas podría parecernos muy difícil si hubieras hablado
desde una tribuna; pero desde que nos enseñas más por el ejemplo
que por la palabra, tú que eres Señor y Maestro,
¿cómo nos atrevemos a decir lo contrario? Lo que dices es
perfectamente cierto; lo que ordenas, perfectamente justo. Esta cruz
desde donde hablas da testimonio. Esta sangre que fluye también da
testimonio: grita con todas sus fuerzas. Y
finalmente, incluso la muerte: si ha podido rasgar el velo del templo
a distancia y la separación de las piedras más consistentes, ¿qué
no hará por sí misma y más aún por el corazón de los creyentes?
Señor, queremos devolverte amor por amor; y si el deseo de seguirte no procede todavía de nuestro amor por ti porque es muy débil, por lo menos que nuestro amor provenga de tu amor. Si nos atraes hacia ti, nosotros correremos tras el olor de tus perfumes: nosotros no desearemos solamente amarte, te seguimos, y estamos decididos a despreciar este mundo puesto que vemos que tú, nuestro Señor, no te has dejado cautivar por los placeres de esta vida. Te hemos visto enfrentar la muerte no es una cama, sino sobre el madero de ajusticiado;y, aunqu eres rey, no quisiste tener otro trono que este patíbulo. Atraídos por tu ejemplo de Rey sabio, rechazamos la llamada de este mundo y sus lujos y, tomando tu cruz sobre nuestros hombros, nos proponemos seguirte sólo a ti. Danos la ayuda necesaria.
Señor, queremos devolverte amor por amor; y si el deseo de seguirte no procede todavía de nuestro amor por ti porque es muy débil, por lo menos que nuestro amor provenga de tu amor. Si nos atraes hacia ti, nosotros correremos tras el olor de tus perfumes: nosotros no desearemos solamente amarte, te seguimos, y estamos decididos a despreciar este mundo puesto que vemos que tú, nuestro Señor, no te has dejado cautivar por los placeres de esta vida. Te hemos visto enfrentar la muerte no es una cama, sino sobre el madero de ajusticiado;y, aunqu eres rey, no quisiste tener otro trono que este patíbulo. Atraídos por tu ejemplo de Rey sabio, rechazamos la llamada de este mundo y sus lujos y, tomando tu cruz sobre nuestros hombros, nos proponemos seguirte sólo a ti. Danos la ayuda necesaria.
SAN
ROBERTO BELARMINO